"Me sobra Esperanza..."

Un madrileño cualquiera.

domingo, 4 de octubre de 2009

Sobre Leonard Cohen

Yo también tengo algo que decir.

Como una gran cantidad de la música que se incrusta en mis pensamientos, a Leonard Cohen también me lo presentó mi madre. Probablemente estaría jugando en casa, levantándome un sábado por la mañana, Who Knows (or Everybody)..., de repente oí Suzanne por primera vez, vaya. La música de mayores debería haberme pasado más desapercibida, pero esa canción, esa, era diferente. No entendía ni una palabra de aquel inglés, todavía hoy me cuesta comprender algunas de sus letras pero eso era un detalle sin importancia para un niño que escucha por primera vez a Leonard Cohen. Desde entonces agradecía en secreto que volviera a sonar Suzanne en los 400 vatios de melomanía que se esparcían por los rincones habitables de la casa de mis padres.

Y de repente uno se hace mayor y trata de recomponer su personalidad, su vida, con las piezas que se ha ido guardando en los bolsillos durante todos los momentos anteriores a ese, al de hacerse mayor. Así que ya sabemos algo, más variedad de momentos = más piezas. Un día hubo una especie de emoción que no tenía espacio en el puzzle, ni siquiera sabía como se llamaba. Me acordé de aquel tipo raro y antipático que mi madre me había presentado. La pieza siguió sin encajar en el puzzle, pero esa voz descuartizada por el desánimo me ayudó a observarla desde otra perspectiva, la de In My Secret Life, y es que los puzzles de la vida no tienen pinta de poliedro.

Escuchar a Leonard Cohen es un ejercicio para aprender, aprender a sobreponerse, a tragar saliva.

So Long.

sábado, 1 de agosto de 2009

MiSerYCorDiosa

He dejado cuatro o cinco gemidos encima de tu alfombra,
la que tejiste aquella tarde
con mis ganas de hacerte triste.

He dejado un par de sollozos dentro de tu mezquita,
la que ordenaste construir
tras la revolucion de tus mendigos.
Ellos piden las migas de tu piel!!,
pero tu solo las dejas caer sobre mi,
siendo asi, mi yo,
el unico que te ha visto luciernaga
dentro de mis apreturas...,
retorciendote entre mis huesos,
igual que ellos,
mis oseos ladrillos,
se estremecen ahora que les falta tu espacio.

Y seria mas facil para usted,
mi inquilina,
retirar sus bultos y ponerme a reciclar.
Seria mas facil para usted,
mi lagartera,
mearme en cualquier esquina
y dejar que el olor destilara...
las blasfemias!.

Pero escuche usted,
mi accionista mayoritaria,
sigo temblando cual gelatina
cuando me inspecciono,
en soledad,
en busca de delicadas huellas dactilares,
en busca de tierras medio muertas
y ya conquistadas,
en busca de restos, de pretensiones o de carambanos!,
cualquier cosa,
si vos la tocaste...
ha emergido en inmensidad.
Y no se lo dire a nadie.

jueves, 12 de marzo de 2009

Momentum

Bajo apariencias de instinto
quizá,
detrás de máscaras desastrosas de asombro.
Entre
bellezas
y salidas de emergencia
colocadas por defecto,
entre enterrarnos vivos y usar flotador
Entre el perfume del futuro
y el apestoso aliento de lo sucedido...
Se presentan los invitados a la más famosa cena de gala
de todos los pasatiempos.

Tragedias, disgustos y tristezas

se reparten cérebros póstumos.

Cuerpos aún materiales
se rifan
llantos y orgasmos.
De repente!...

Salidas a escena de:
bofetadas,

dando banzados para evitar

los escrupulos...

Y entre el bullicio del premio...

¿Quién será la nueva miss
Deshumanidad?

Desvergüenzas y lamentos
se tiran los trastos.
Juegos bajo llave entre
la venganza y el engaño
...cada cual en su sitio...

Los postres descabellados entran a escena,
lomos humanos picados por ESTROS,
bañados con sudor de desdicha...salsa crem y fundí al estilo Lavoisier.

El chin-chin de las copas revienta los tímpanos,
las espinas del odio masticado atragantan el paso del tiempo.
Todo se detiene.
Emptyness

Ciegos

Malabaristas,
cegatos,
caminando sin golpearnos,
como artistas acreativos...
que de otras vidas observan imágenes especulares.

Entre unos...otros, son los que nada ofrecen,
y todo lo que ven, es nada cuando miran...

En todos los demás se ven a si mismos,
entonces creen mirar,
mirar su pelo y su ropa,
sus zapatillas y sus relojes...

Pamplinas!!
Pamplinas!!
Y más pamplinas..
Coño!.

Aquí nadie ve nada,
aquí y allí,
aquí!, somos fantasmas, buzos y sotanas,
somos cubiertas, manteles y latex,
tapados por bolsas de basura,
porque más de un ciego tiene mucho
que no quiere mirar...

martes, 10 de febrero de 2009

OTRA HISTORIA SOBRE DORADOS E IMPOSIBLES (segunda parte)

Rod y Oda, perdidos ya en el bosque decidieron parar. Decidieron decidir que estaban solos, que nadie les perseguiría si ellos dejaban de escapar. Se sentaron. Se miraron. Ahora ya sabían que si salían de esta deberían editar la versión 2.0 del diccionario Kangranés. Deberían añadir una nueva palabra. Algo que significara lo siguiente:
1. Dícese de lo que Rod y Oda sintieron en un determinado momento de su existencia. 2. Acción y efecto de lo que Rod y Oda sintieron. 3. Aquello que te hace correr como un panoli sin tener ni puñetera idea de hacia donde vas.

Y como de cosas imposibles se trataba, Rod y Oda instauraron un sistema de reciprocidad generalizada (RG en adelante). Este sistema todavía no descubierto en el Valle de Kangra fue una invención que todavía hoy me da miedo contar. En un sistema de RG alguien da a otra persona algo en concreto y no espera nada inmediato a cambio. Tal barbaridad conduce incluso a la desaparición de la palabra “gracias”. Expresar gratitud entre Rod y Oda o entre cualquier otro miembro imaginario de su nueva sociedad-fundación (New Society Foundation) sería desconsiderado porque implicaría que ese acto de compartir es inusual, es decir, expresaría sorpresa por la generosidad de la otra persona.
En aquel tiempo, en el que todavía no había nacido Darwin, se insinuaba una mutación instantánea en la que la generosidad formara parte de la naturaleza de las personas, es decir, dicha palabra se desdefiniría del diccionario kangranés. Unas van y otras vienen, la vida oculta de las palabrotras. Por suerte, tal aberración nunca se dio en el código genético de los Kangraneses.

Pasaron varios segundos, quizá minutos. Rod y Oda habían sido felices durante todo ese tiempo, para que luego digan que la felicidad son sólo momentos. A lo lejos, entre los árboles, se oían las luces de las linternas y se dejaban ver los ladridos de los perros. Los dos jóvenes kangraneses pensaron que había llegado el momento de resolver la ecuación que habría de llevarles a aquel lugar legendario y mitológico que todos estais esperando.


Rod&Oda, abrazados hasta la asfixia, se miraron al espejo del río que daba forma al Valle de Kangra y atrevasaba el bosque por su mitad, se vieron reflejados. La imagen espectral de ambos sobre el agua les había enseñado lo que todos ansiamos, El doRadO.

OTRA HISTORIA SOBRE DORADOS E IMPOSIBLES (primera parte)

Allí, sí, allí, en el valle de Kangra, al norte de la India. Un sitio que conocéis bien, es el sitio del desamor…, vaya, qué mal empieza este cuento, si esperáis que acabe mejor ya podéis seguir esperando, mientras tanto, echad un vistazo, que no haya nadie a vuestro alrededor. Las siguientes tonterías pueden herir ciertas sensibilidades.

No era la primera vez ni la vez n-1 que la madre de Oda se mondaba de la risa de las tonterías de su odiada hija. Oda imaginaba historias raras, imaginaba cosas como que los ñues escribían, imaginaba que había estrellas más grandes que nuestros apellidos, imaginaba que en algún lugar de un mundo avanzado había personas como ella y como su madre que utilizaban pastillas para bailar como locos, imaginaba incluso que había lugares donde no se escuchaba la palabra crisis durante el periodo transcurrido entre la salida y la puesta del Sol.
A veces, incluso se imaginaba un sentimiento que fuera capaz de unir a las personas por encima de las conveniencias, pero bueno, esa idea era tan boba y descabellada que ni siquiera se la había contado a su madre.

Mientras tanto en el Valle de Kangra, el lugar del…, seguían surgiendo matrimonios a cuenta de buenos ingresos. Una esposa por aquí, un par de yaks por acá y como resultado un par de grupos de filiación unidos por siempre. Aquel caleidoscopio de intercambios era el secreto de la perpetuidad de esos grupos, como diríamos, de esos clanes típicos de productores de alimentos no industriales. En definitiva, unos bárbaros cualesquiera.

El padre de Rod era el jefe del catarro. Organizaba y mandaba a todo quisqui pero desgraciadamente, siempre estaba resfriado. En cambio Rod no pintaba nada, no imaginaba, Rod apenas pensaba, Rod sólo deseaba. Deseaba a Oda. La miraba en silencio, evidentemente, porque mirar no hace ruido, y se preguntaba qué era lo que le pasaba por dentro. Era algo que no tenía correspondencia léxica con ninguna palabra del diccionario Kangranés. ¿cómo explica uno lo que siente si nadie le ha explicado que eso se puede sentir?, menudo lío.

Y de repente!, un día ocurrió lo que todos estáis esperando. En uno de esos banquetes domingueros, fruto de una nueva unión más patrimonial que matrimonial, se descubrieron. No me preguntéis cómo, pero Rod y Oda cayeron en la cuenta de que estaban pensando en lo mismo sin haber hablado una sola palabra.
Y en qué momento!…, echaron a correr como si hubieran estado guardando fuerzas toda la vida para aquella carrera, corrieron y corrieron. El resto de individuos del Valle se miraron, atónitos, helados, sin decir ni una sola palabra. Claro, esta vez no había correspondencia semántica para un acto tan extraño entre las costumbres de los Kangraneses y menos cuando vieron que al final del horizonte, cuando empezaban a perder de vista a los escapistas, Rod y Oda se cogían de la mano. Las alarmas saltaron, decenas de sirenas sonaban por el valle. Los kangraneses se subieron a sus 4x4 más potentes y salieron en la búsqueda de los chiquillos. Hubo algunos ataques de ansiedad, El Corte Inglés del Valle de Kangra cerró sus puertas aquella tarde, la Iglesia evitó pronunciarse, fue un día inolvidable.

Armados con papeles, contratos y plumas, los kangraneses deberían parar, lo antes posible, aquella union sin nombre, sin intereses, y cambiarla por algún recibo, algún tipo de ganancia acumulable, algún activo, incluso por alguna hipoteca subprime (perdón).