"Me sobra Esperanza..."

Un madrileño cualquiera.

martes, 18 de noviembre de 2008

Me voy a inventar otra historia de violencia

Un día cualquiera, es el decimocuarto cumpleaños de X. Bajo su prisma adolescente, cualquier otro X no querría compartir demasiado tiempo con su familia, ya que está pasando por esa edad en la que quizás sus amigos le aporten esa comprensión que no recibe en casa. Pero éste no es el caso. X se queda en casa toda la noche, no sale. Observa la cara de preocupación de su tía mientras habla de la detención de su hijo, Z, de 23 años, primo hermano de X. Entre lágrimas de rabia, la tía golpea la mesa mientras la madre de X la aprieta contra su pecho para paliar su pesar.
X, sin saber muy bien el porqué, empieza a odiar algo que nunca le ha hecho mal pero que sabe que debe odiarlo con todo su corazón. Se siente muy unido a su familia, la admira. Su familia es como un clan, es un grupo muy respetado al que todo el mundo conoce pero del que nadie habla, su familia camina por el pueblo con la cabeza bien alta y una mirada amenazante. Es un familia unida.
X es consciente de que nunca se va a plantear si su familia está o no equivocada, lo único que va a ser capaz de plantearse es el nivel de exigencia personal con la que va a responder al perfil familiar. X decide que será el máximo nivel.

Un par de años después, X está cercano a acabar el instituto. Bromea con sus 3 inseparables amigos sobre el futuro que les depara. Los tres amigos de X saben que él es un líder nato y que tiene los cojones más grandes que los demás o quién sabe, quizás es más cobarde que todos ellos porque se sabe respaldado por su familia, la de la mirada amenazante.
X decide, uno de esos días, colocar otro mensaje reivindicativo en la pizarra. Nadie lo borra y la profesora, esa bilbaína exiliada desde hace 14 años del barrio de Neguri, hace caso omiso de la ofensiva frase escrita en el encerado, no quiere más problemas.

X ya está en la universidad, vive fuera de su pequeño pueblo, ha decidido estudiar educación física. Está casi hecho un hombre y cree que ha llegado el momento. Sin todavía un verdadero motivo para sentir odio hacia un determinado colectivo, X decide cruzar la línea que separa una actitud extrema, de la inmoralidad de un comportamiento. Es fin de semana, X pasa aquel par de días de asueto en casa de sus padres. Es la fiebre del sábado noche, X llega corriendo a casa, casi sin aliento, las manos le apestan a gasolina..., X ha lanzado su primer cóctel molotov contra un cajero de un banco del estado español. Su madre, conocedora de las actividades de X, le reprime. Le reprime no por enfado sino por miedo. Conoce, como todas las madres, a la perfección a su joven hijo y sabe que hace más de 5 años, X, se marcó aquel objetivo con respecto a su nivel de compromiso. Ella está asustada pero por dentro siente un profundo orgullo.

X apenas siente ya interés por lo que estudia y poco a poco empiezan a ser habituales las carreras los fines de semana. Alguna noche, después de la universidad se reune con un grupo de los suyos, de los que van proponiendo cosas para dar rienda suelta a ese odio al estado español. Es un odio que viene de alguna parte que no conocen muy bien, de alguna prima torturada en un interrogatorio, de aquellos años de represión del abuelo, de aquel porrazo de un guardia civil, quizás de aquellas cenas familiares. Es un odio sin canalizar que se expande de manera isotrópica alrededor de X y que se alimenta de las palabras de sus compañeros, al igual que él da de comer a los demás con las suyas. Así es el fascismo, uno no puede practicarlo nunca en soledad.

X lo tiene claro, no es un psicópata ni un loco cualquiera, pero hará lo que sea por cambiar de estrategia y romper la tregua traidora con el estado español. X empieza a matar. La mejor manera de matar es ordenar una muerte, es una manera sutil, sólo permitida a los más aptos, a los que tienen un verdadero carácter. Es una manera que sólo requiere un instrumento, la voz. Puede ser ejecutada a cualquier hora, por la mañana mientras desayuna, después de hacer el amor, o incluso a continuación de un buen cepillado dental. Paradójicamente, X siempre quiere tener un aliento fresco y limpio antes de ordenar un asesinato. X es incluso capaz de enamorarse, se hace acompañar de Y allá donde vaya.

X apenas habla ya con su familia, sólo unas cuantas cartas furtivas, algunos mails en clave y varias llamadas telefónicas en días contados. Algunas noches, cuando X no puede dormir piensa en el día de su decimocuarto cumpleaños en el que decidió marcarse aquel objetivo. Ahora podría decirse que lo ha cumplido, se siente como el consejero delegado de una empresa o mejor, como un importante científico respetado y admirado por todos sus colegas de profesión. Son las 3 y pico de la mañana, X está punto de conciliar el sueño, está abrazado a Y, la quiere y daría su vida por ella. X sabe que su propia vida es mucho más valiosa para la causa que la de Y, pero le reconforta ese sentimiento de ser capaz de guardar su ego por amor, X se considera un hombre muy sensible, la besa en la frente para celebrarlo. La cama es un poco más cómoda que la anterior, y es que este apartamento francés tiene buen estilo..., no lo cambiaría jamás por la celda de una prisión.

*******Aprovecho la ocasión para advertir que cualquier parecido con la realidad será pura casualidad. En cualquier caso me gustaría que algún día todo el terror tuviera la misma difusión. Los asesinatos, palizas y demás agresiones a ciudadanos por parte de nazis y fascistas que caminan a sus anchas por las calles de Madrid también son formas de terrorismo*********

La sombra del volcán


Esto podría ser el título de un libro o de una película, o mejor incluso, podría ser una metáfora..., pues no, la sombra del volcán existe. Se puede ver a las 7 de la mañana a 5.900 m.s.n.m., muy cerca de la cima del Volcán Cotopaxi, Ecuador. Una imagen inolvidable.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Cuando las palabras no cuentan...

Cuando las palabras no cuentan,
no penetran los tímpanos, que ya están quemados.
No hacen ecos en los pensamientos, que ya están repletos...

cuando las palabras no sirven
no hay exhalaciones de aire sobre tu aura,

cuando las palabras huelen a 2º mano,
sólo hay esperanzas sujetas a cotizaciones a la baja,

Cuando...
...el cuadro que te quería pintar está lleno de lejía,
está descolorido porque llevaba las manos sucias...
para resolverlo me las metía en los bolsillos
y me frotaba suavemente...
estúpido de mi!
Se me olvidaba tocarte,
se me olvidaba enseñarte que el cuadro tenía una parte secreta,
una parte que no debías enseñar a nadie,
pero claro, nadie, me daba vergüenza.

Entonces, agachaba la cabeza y esperaba,
esparaba tanto que la musa se hacía de piedra,
se quedaba fría, se despedazaba entre mis manos, (esas tan sucias que resuelven ecuaciones)
que ahora,
han perdido el tacto.
Ahora son dedos grandes que no aciertan la precisión de tus sentidos,
ahora son dedos que no me sirven ni para vomitar.

Y ahora ya no hablaré de lo que hago ahora,
ya no diré nada,
nada que entre en el conjunto vacío = {palabras vacías} y nada más,
ahora sacaré las manos de los bolsillos y me limpiaré las lagrimas,
quizá...

domingo, 14 de septiembre de 2008

Autorretrato

AUTORRETRATO
10 frases que no me describen, aunque al menos lo intentan.


1.Que decir de mí que yo no sepa…pues casi todo.

2.Paso mis días perdido entre pensamientos, algunos no se parecen en nada a lo que pienso y otros salen de donde no pensaba.

3.A cada segundo soy y luego...sigo siendo, no me queda más remedio.

4.Eso sí, me definiría como un ser capaz de autodefinirse.

5.Soy vital y entusiasta para hacer cosas tanto como para dejar de hacerlas.

6.Podría hablar de lo que he hecho en el pasado, porque lo que soy, todavía está sin terminar.

7.Si hago algo que se parece a lo que debería hacer, empiezo a pensar que algo va mal.

8.Cuando pienso demasiado, empiezo a hacer lo que no debería.

9.

10.Odio hablar de mi mismo, aunque creo que con 10 frases me quedo corto.

Por qué escribo

Por qué escribo

Ya, yo diría mejor por qué coño escribo, claro que si lo supiese ya habría terminado, como no tengo ni idea sigo tatuando árboles, total, no tienen sistema nervioso.

Bueno, si te dijera que escribo porque me sale de los huevos dirías que mis modales son torpes…y me preguntarías por qué escribo siendo tan maleducado.

Escribo porque hay veces que no me cabe, hay veces que escribo para acabar con todo, como dice Bryce, y hay veces que acabo con todo y finalmente no escribo nada.

A lo mejor para no estar, a veces; a veces para ver el dibujo de un colgao hecho con palabras.

A veces porque me lo mandan, y otras porque me mando creerme poeta, o escritor que tiene más ímpetu.

A veces porque estoy demasiado y me quiero pirar, a veces para que me vean, otras para verme yo.

Como decía en su tiempo Rilke y en el mío Giusseppe, aquí todo vale, así que escribo para saber si lo mío también, vale.

Cuerdas de gritos


Agarrado a las cuerdas de gritos,
Las que se anudan al arnés de mis susurros,
Me alzo.

Trepo por tus recuerdos de azúcar
Y te voy construyendo,
Te imagino,
Te invento a partir de las partículas más elementales,
Las que todavía no saben morir,
Las que dan lugar a tus átomos, de otoño,
Que forman aquellas moléculas, rosas…
Que dan lugar a células, profundas…
Que hacen posible tu tejido, deseo…
Que dan vida a tus labios, tuyos…
Que redactan tu sonrisa entre la rima
Consonante,
De tus ojos,
Con los míos.

Y a veces,
Cuando llega la hora del desatino,
Las rimas se confunden,
Mis consonantes se vuelven ceguera,
Me desplomo, me bajo,
Colgado.

Los gritos de la cuerda me queman los dedos,
Me los mojo con la sal de tus lágrimas
Y entonces,
Sólo entonces,
Me tapo los oídos
Para hacerme invisible.



(10-12-2007)

Rebelión

REBELIÓN

Capitanes letronios
Y soldados fraseantes,
Reyes palabretones y
Nobles gramatibulados.
Llamados, bramados
Y vociferados,
Todos, a la rebelión de las palabras.
En una unión sin parangón,
Con pasión
Y sin compasión,
Con Quintilán y despolón!!…
Destrucción…
Desde Tramacaleón hasta Pingarón…
Desolación…
Por Forfalusón con yasterquitán,
Oh…traición!!!

Y de pronto…
Víctimas sabáticas
Mántados y pértinos,
Por Vármulas y por atémporas,
Con Tránsfugas cíclicos.

Contra Cónguetas carbónicas
sobre ñásputras tísicas,
Junto a Dixtrényicas linoléicas,
Vértices ertrónices
Y cáspitas cuadrículas.

Misiva

Muy señores míos,

Les remito esta misiva que tiene como principal función agradecerles la calidad de su información, siempre puntual. Todas las mañanas recojo su periódico delante de la puerta de la casa del banco y a continuación despliego sus aproximadamente setenta páginas de sinceridad sobre la mesa de la cocina del banco. Es en este momento cuando comienzo un fantástico viaje por la información más veraz y exacta a la que un insignificante ciudadano como yo ni siquiera soñaría con acceder.

Les envío mis felicitaciones por crear ese clima de confusión y crispación que tanto nos alegra el aperitivo de cada día y nos lleva a sacar el odio más profundo que todos llevamos dentro.

Les traspaso con esta carta mi más sincero agradecimiento por hacer de puente entre las clases dirigentes y el pueblo, suministrándonos sus deseos y peticiones, que nosotros intentamos cumplir en la medida en que nuestra pobre pero buena educación nos permite.

Les agradezco abiertamente que no nos comenten nada de las penosas situaciones que se dan a diario en ciertos lugares olvidados, donde además de no conocer a nadie, no existe ningún bien que nos podamos llevar consigo para alegrar un poco más, nuestra tan dichosa existencia. Gracias por no hablarme de Eritrea, de Sierra Leona o de Timor Oriental, de los estúpidos e inadaptados indígenas, de la cantidad de muertos del violento-terrorista pueblo palestino, de la casi extinguida lacra kurda, y de un largo etcétera de etnias que no han sabido adaptarse al entorno tan brillantemente como lo hemos hecho nosotros.

Les envío mi más ferviente admiración ante tan majestuosa capacidad de mantener al pueblo engañado, haciéndole creer, siempre con la honorable intención de aumentar nuestra felicidad, que son los estados y no las empresas las que dominan a las sociedades. Les ofrezco mi más sincera gratitud por ofrecernos el capitalismo y el consumismo como única forma de vida, ahorrándonos el penoso ejercicio de decidir por nosotros mismos.

Espero que todos sigamos siendo tan felices como hasta ahora, en caso de que no ser así, les ruego aumenten la sección de deportes, para que podamos disfrutar con las victorias de nuestro más querido amigo Rafael Nadal (el año pasado ponía Fernando Alonso) y les insto a su vez, a crear un coleccionable dominical de libre distribución con una caja de Prozac por semana...Just in case.

Muchas gracias.

Ruta Quilotoa (1ª parte)

Habìamos guardado para el final uno de esos fines de semana que prometían. En linea recta no hay más de 50 km desde el lugar donde vivimos hasta el corazón de la excursión, la Laguna Quilotoa.

Empredimos viaje un viernes más, tal y como veníamos haciendo estos 3 meses. Con las prisas del querer "llegar de día" era habitual olvidar algo, ese viernes olvidamos sacar dinero del cajero. Alrededor de las 19:00 horas, después de cenar tranquilamente y pagar con los restos del finde pasado nos acercamos a la terminal terrestre de Latacunga para sacar billete hasta Zumbahua. La cajera nos advierte que apenas quedan plazas y que el siguiente autobús sale a las 5 de la mañana, decidimos comprar y cuando vamos a pagar caemos en la cuenta de nuestro olvido, mientras decidimos qué hacer se venden el resto de plazas.

No queda opción, estamos obligados a pasar la noche en Latacunga y siguiendo la política de mínimo gasto nos alojamos en el hostal más barato; 7,5 dólares por noche en habitación doble, es decir, poco más de 2 euros por persona. Como era de esperar el hostal no defraudó, pasamos una noche horrible entre los gritos de los borrachos que venían de fiesta, las televisiones a todo volumen y la penosa cama en la que dormimos.

A primera hora volvimos a la terminal terrestre para volver a probar suerte, esta vez lo conseguimos. El viaje en autobús fue espectacular, atravesamos buena parte del páramo de la región del Cotopaxi, dejando a los lados la reserva ecológica de los Volcanes Ilinizas. Entre el traqueteo de la carretera y la habitual niebla matinal llegamos a nuestro destino.

Zumbahua es una aldea situada a 3.800m de altura, con una población de unos 12.000 habitantes. Ya nos habían advertido de la desconfianza y la poca amabilidad de los indigenas de esta zona de los Andes. El rechazo no tardó mucho en aparecer cuando una señora me lanzó un trozo de naranja mientras me las apañaba para hacer una foto a la camioneta de ganado más terrorífica que hemos podido observar jamás. Decenas de ovejas y alpacas (llamas de los Andes) apiladas en poco más de 3 metros cúbicos, axfisiandose literamente, deformados, atados con cuerdas y cadenas para poder caber en tan aparatoso transporte de una sola vez y ahorrar así, algunos dólares en combustible.

martes, 29 de julio de 2008

Los Charlatanes

Desde dentro. La lista es casi interminable y son pocos los que se salvan de la quema, qué está pasando por aqui?, Alan García en Perú, Daniel Ortega en Nicaragua...

En Ámerica ocurre un hecho sin igual, los presidentes reelegidos. No es la primera vez ni la última que se da una situacion como la de Alan García, la historia pone los pelos de punta. Este señor fue elegido presidente del Perú en 1985, tras cinco años de gobierno entregó la presidencia tras haber sumido al país en una crisis con varios frentes, tanto económicos como sociales.
García fue acusado de múltiples y graves cargos de corrupción durante su gobierno y el siguiente (vinculados a narcotráfico, sobornos, malversación de fondos, lavado de dinero e involucramiento en negocios turbios) las denuncias no consiguieron prosperar debido al control y peso político que el Partido Aprísta poseía en el Congreso, siendo finalmente la mayoría archivadas sin llegar a veredicto alguno condenándolo o absolviéndolo.
Se le acusó incluso de delitos penales por asesinatos, estando exiliado, los cargos preescribieron sin que se llevase a cabo ningún juicio. Volvió a Perú en 2001 y fue reelegido presidente en las elecciones del 2006 tras una sospechosa campaña electoral, donde el que era presidente en aquel momento, Alejandro Toledo, ofreció su apoyo a uno de los candidatos, Alan Garcia. Esta historia no es ciencia ficción.

Alguien se puede imaginar que un embustero provocador y genocida internacional como Aznar saliese otra vez elegido como presidente del gobierno de España?, pues repito que eso no es una excepción en América Latina.

El caso de Daniel Ortega todavía produce mas repugnancia. Reelegido al igual que Alan García, casi 18 años después. Es dificil leer las declaraciones de su hijastra y pensar que 20 años de abusos sexuales continuados se pueden inventar en un par de días. Por suerte el Tribunal Interamericano va a estudiar el caso, en Nicaragua fue rechazado.
Este personaje ha pasado, desde que fue elegido como presidente en noviembre del 2006 hasta finales de agosto, más tiempo fuera de su país que dentro. Lo singular de este caso es que Ortega supuestamente hace un constante viaje diplomático, le acompaña un séquito que incluye cuñados y novios de sus hijas, hay barra libre, paga Nicaragua, el segundo país mas pobre del Hemisferio Norte después de Haiti.
Mientras tanto si uno se pasea por las calles de tan excepcional país puede observar carteles con lemas sandinistas, acompañados de fotos de este señor con el puño levantado, que rezan "Poder para el pueblo".

Esta claro, no se puede exhimir de culpa al pueblo. El resto de candidatos tampoco presenta perfiles halagüeños, pero ¿reelegir un presidente?. Ahora, la principal misión de estos mandatarios es seguir deseducando para que otros charlatanes continúen el legado una y otra vez.

El panomara es incierto en América Latina.

martes, 22 de julio de 2008

Truquito y su Gallada


Truquito y su Gallada es el título de un libro. Es literatura juvenil, un libro ameno que se lee en un par de tardes. Lo acabo de terminar esta misma mañana y me ha traído a la memoria un millar de recuerdos de Ecuador.
El libro cuenta de manera sencilla los 8 años que pasa en las calles de Quito un grupo de niños que va creciendo hasta que se convertirse en adolescente. El libro afronta los detalles de este tema tan duro de manera natural, sin caer en los tópicos y las tristezas de siempre.

También nos recuerda, gracias a la figura de un profesor, que no todo al mundo actúa por dinero. Que no todo el mundo necesita ganar 15 veces más que el resto por hacer un trabajo como otro cualquiera, aunque sea enseñar...Seguiremos intentándolo.

Estando una tarde de charla, alguno de mis compañeros de viaje en Nicaragua me comentó que hay en Ecuador una zona de veraneo snob, si es que podemos unir la palabra snob con Ecuador, donde veranean los más "selectos".
El pueblo se llama Salinas, y no la "Salinas de Guaranda" que Eva y yo conocemos, sino una Salinas con playa, con YatchClub y página web!!. No sabía que existía algo así en Ecuador. Si quedan dudas se puede visitar http://www.salinasecuador.com/.

Aquellas personas que usaban la fundacion para subvencionar el resto de sus vidas pasaban, que casualidad, sus vacaciones en este sitio tan selecto, reservado para los pudientes. No solian hablar mucho de sus vacaciones con los voluntarios...
Para que os hagais una idea de su solidaridad, en su precioso trabajo de profesoras con ninios que no tienen casi nada, ganaban 7 veces el sueldo minimo del pais, es decir, imaginemos una persona en Espania que cobra alrededor de 4.800 euros mensuales por trabajar en una ONG. Hay alguien que se merezca tanto dinero??, aparte de los futbolistas, claro...

jueves, 27 de marzo de 2008

Relatos cortos - El final del verano -

EL FINAL DEL VERANO

Hay algunos septiembres que son fríos, nos anuncian que el verano ha terminado; los septiembres en Ilomatsi gritan que aquí no hubo verano.

El general Raapana ya no sentía las heridas, sólo sentía el frío. Los tres hombres que le acompañaban llevaban una eternidad sin decir ni una palabra, habían dejado incluso de vigilar las ramas en busca de soldados rusos.
Era fácil imaginar lo que se les pasaba por la cabeza, una emboscada rápida sería la mejor manera de terminar.

El general se preguntaba una y otra vez por qué llamaban a aquella maldita guerra, la Guerra del Verano…
El agotamiento era el único síntoma del paso del tiempo, Raapana fue el último en sentarse a descansar. Morir de frío no era tan malo como pensaba, de hecho no existía ese punto intermedio de perdida de consciencia, era simplemente cuestión de espiritualidad, sí, Raapana dejó de pertenecer a un cuerpo y se convirtió en puro pensamiento…

martes, 25 de marzo de 2008

Relatos cortos - El Rey -

Se despertó sorprendido, pero sin tiempo para saber porqué, en seguida, comenzó a sentirse ansioso. Le tocaba asumir el papel de Rey, resultaba paradójico como el comité mantenía una chispa de relación con la realidad en forma de angustioso vocabulario. Una realidad que se había tornado sombría, gris y sobre todo, minoritaria.
Una verdad a 820 pies bajo tierra, con 37 caras distintas, 14 hombres y 23 mujeres.
Ya habían pasado por el juez, el conserje, el gobernador, y ahora le tocaba el turno al Rey.
El Rey elegiría, por decisión propia, el futuro de dos de los compañeros habitantes del bunker. El cálculo de oxígeno durante la noche anterior, había dado como resultado, superpoblación y no quedó más remedio que seleccionar a un Rey absolutista, encargado de expulsar a dos de sus súbditos. En cualquier otra condición, este rol hubiera supuesto una especie de agradable notoriedad, en el dominio de un bunker, era una hecatombe.

Sólo habían transcurrido dos semanas desde la que llamaban la gran explosión y todo el mundo parecía apto, e incluso necesario, para el funcionamiento del bunker.

El Rey no podía huir de la más roñosa de las naturalezas humanas, dar rienda suelta al egoísmo materialista que llevaba dentro.
Comenzó, poco antes de llegar a la primera conclusión, a sentir ganas de vomitar. Sara, una mujer de unos 45 años, carente de atractivo, sin apenas habilidades sociales y muy lejos ya de la edad de procrear, sería la primera seleccionada.
La segunda elección se presentaba más complicada y su razonamiento debería rebajarse aún más. Golpeaba la mesa sin cesar y expulsaba un profundo asco hacia la vida y todas sus facetas en forma de hediondos gases que apestaban la habitación.
Intentaba consolarse pensando que quizás, en la superficie, había alguna esperanza de supervivencia, pero el auto-engaño le esquivaba y se chocaba de bruces con dos condenas a muerte. Dos decisiones que le punzaban la cabeza en forma de cavilaciones afiladas.

La rabia y la angustia se tornaban en náuseas, las pulsaciones se le disparaban y empujaban el tiempo en fast forward. Se levantaba de la silla una y otra vez, se maldecía, blasfemaba toda su existencia mientras se arrancaba, de manera inconsciente, mechones de pelo. La situación se hacía insoportable, no estaba preparado para tomar una decisión así, se lamentaba, en un 80% de su genética, en un 20% de haber recibido una correcta educación…su temperatura corporal iba en aumento, los pensamientos se desbocaban, el Rey estaba fuera de sí. Comenzó a no controlar su cuerpo, sus movimientos se hacían imprecisos y el estrés, insoportable para sus arterias. Cayó, se desplomó en medio de un grito mientras agarraba con furia el papel con el nombre escrito.
Uno de los habitantes entró en la habitación alarmado por el grito, la decisión ya estaba tomada, el Rey había muerto.

jueves, 20 de marzo de 2008

Nanci

Uno siempre imagina una situación que ha de llegar. Lo hace de muchas maneras, pero es curioso como cuando llega el momento, la situación vivida no se parece ni en el más mínimo detalle a las visiones que nuestra imaginación nos ha ofrecido. O por lo menos, eso es lo que a mí me suele ocurrir.

Desde que le cambié a Nanci su tristeza por una promesa de regresar a la comunidad, no ha pasado el día en que haya olvidado alguna de las conversaciones o momentos tan especiales que pasamos en aquel agosto del 2005.

Casi tres años después he regresado a Ecuador. No puedo esperar más para volver a Sumac Wasi, para visitar a Nanci.

Se ha hecho tarde, una hora y media nos separa de la Shell, estamos en Baños de Agua Santa. Una hora y media que se hace más corta de lo esperado gracias a un extraña conversación que sufrimos en el autobús con un personaje que dice padecer esquizofrenia.
Una vez en la Shell, empiezo a recordar, algo ha cambiado, todo está más iluminado, un brote de nuevos comercios la ha dado otra vida al pequeño pueblo.
Caminamos hacia la comunidad, cada paso que damos va llenando mi mente de recuerdos, mi ansiedad por llegar se dispara. Una vez cruzado el río Pindo dos mujeres de la comunidad nos preguntan. Parece que ha habido suerte, nuestro destino sigue existiendo, la casa de Nanci, su marido Alzibar y sus cuatro hijos sigue en pie. Caminamos por los barrizales hasta que por fin llegamos. La puerta está entreabierta, se oye música. Es la misma que sonaba hace tres años, la misma música religiosa que utilizaban para agradecer a un tal Jesús la fantástica existencia que los indígenas Kechwas llevan en el Ecuador.
Toco la puerta, nadie me oye. Doy un grito, Alzibar se asoma, todavía no me ha conocido. Se acerca, se emociona y grita mi nombre, nos saludamos, nos hace pasar.
Me mira fijamente, se toca el pelo, deja de mirarme y baja la cabeza. Dice que tiene que darme una noticia, una mala sobre Nanci. Me imagino que Nanci está enferma en la cama y deseo que me lo confirme, pero Nanci no está enferma, simplemente no está. Un año y tres meses después de mi partida Nanci murió en el hospital militar de Quito debido a una cirrosis hepática provocada por una hepatitis que nunca se curó.
No entiendo nada y quiero todas las explicaciones posibles, ¿pero cómo puedo insistir?, hace pocos meses que su marido empezó a asumir su ausencia y no sé como reaccionar. Tengo la sensación de que traigo el recuerdo de su muerte, no puedo pensar en otra cosa, tengo que hacer esfuerzos para escuchar lo que nos cuenta cuando no habla de Nanci...

Y arriba en mi antiguo cuarto, donde estamos invitados a pasar la noche, todo es distinto. Ya no hay ratas, ni tarántulas, ahora hay camas, sillones y altavoces. Todo un magnífico mobiliario para que Alzibar pueda recibir como se merecen a las visitas norteamericanas, pertenecientes a una iglesia evangelista de Florida, que supuestamente le van a subvencionar la construcción de una iglesia pegada a su casa, donde él se convertirá en el lider espiritual. Allí, en medio de ninguna parte. Allí, donde según me contaron una vez, no merece la pena llorar a los muertos ya que dentro de poco nos reuniremos con ellos...Paradojicamente esto nunca hubiera pasado si Nanci siguiera viva, en cambio, su muerte ha impulsado la fe de su marido hasta límites enfermizos.


Así era ella, capaz de no hablar de sus dolores, de ocultar su enfermedad. De criar cuatro hijos de edades consecutivas con tan sólo 30 años. De sentir un increible interés por el mundo, por querer saber y conocer, por ser distinta a las demás mujeres de su entorno, algo tremendamente dificil en sus circunstancias. Capaz de comprenderme y hacerme comprender, a pesar de que pertenecíamos a planetas distintos y como no, de cuidarme como a uno más de sus hijos durante mi estancia.

A la mañana siguiente traté de buscar el recuerdo de Nanci, lo encontré en las lágrimas y en los abrazos de su madre y de sus hermanas. Ellas sabían que yo volvería, Nanci no se cansaba de repetirlo, sabían que el motivo de mi visita sería volver a encontrarme con ella.
Esta vez volví, pero tarde.